El otro día una amiga me dijo: me levanto y no tengo nada para hacer si no me lo invento.
Ustedes saben de qué hablo, y no tiene que ver con la producción y el trabajo que nos ordenó la vida en una etapa.
Son esos días en que no hay familia, amigues, nada que llene la sensación de y hoy qué hago? No tengo a quien llamar, no tengo a donde ir. O peor: si no llamo, nadie me llama. Y el salto al vacío que es pensar; a quien le importa lo que me pasa? A quien le importa si me pasa algo?
A veces es linda la soledad, un rato. Cuando la buscamos. Cuando la deseamos. Cuando es un momento para descansar. Pero este mundo que rompió los lazos comunitarios y nos hace creer que las redes nos dan el amor que nos falta nos empezó a aislar.
Por supuesto es peor si la situación económica está mal, y si a la falta de red afectiva se suman las necesidades cotidianas. Pero créeme que pasa transversal en todos lados.
Es domingo, día de melancolía, de mirar el puerto y el mar que nos separa de la tierra prometida.
Paso por acá a decirte feliz domingo y a pensar juntas que algo tendremos que hacer si no queremos no tener nada para hacer.
Seguimos hablando del tema en el grupo! https://www.facebook.com/groups/larevoluciondelasviejas