A los 56 contra todos los que la miran como siempre: «Me gusta una cara fresca». La actriz, considerada un icono erótico en los 90 por su personaje en ‘Los Vigilantes de la Playa’, ha acudido a la Semana de la Moda de París cómoda y sin maquillaje. Pero es solo la punta del iceberg de un cambio más profundo en su madurez. Ya su reciente serie autobiográfica, liderada por su hijo, supuso un punto de inflexión en el que lo explicaba. Está harta de que se la cosifique y de que se ridiculicen sus opiniones. Anderson está cada vez más cómoda en su piel y lo hace saber. Ya no pide permiso ni aprobación. Los años, como a muchas mujeres de su generación, le han ido dando un lugar en el mundo en el que sentirse bien. El suyo propio