Por ANA PERÉ VIGNAU | 9 de mayo de 2021

Si bien la vida sexual de la tercera edad sigue siendo tabú en la sociedad, de a poco gana mayor visibilidad. Hay desde campañas fotográficas protagonizadas por parejas maduras, hasta foros de mujeres que comparten sus vivencias. Cómo se vive el erotismo pasados los 50, consejos para mantener vivo el deseo y experiencias compartidas. 

 

“El sexo no tiene nada que ver con la edad. Tenemos que hacerlo más natural”, dicen Billie y Cora, desde su cama matrimonial, ataviados con batas. “Hacés cosas que probablemente no hacías cuando los hijos eran pequeños y tenías miedo a que alguien entrara en tu dormitorio”, asegura Margaret, revoleando entre risas su melena plateada con rulos. «A medida que nos hacemos mayores, uno experimenta más, porque se aburre de comer arroz todos los días», sentencia Lynne en un alegato a la experiencia. Daphne y Arthur observan cómo cambia la percepción del sexo con la edad. “Al principio es genial, pero a medida que uno envejece se disipa la pasión de la juventud. Pero queda la intimidad, que consiste en compartir todo, no solo tu cuerpo”.

Acompañadas de imágenes fogosas, bellas, íntimas, estas reflexiones forman parte de la campaña “Let’s Talk the Joy of Later Life Sex” (Hablemos del goce del sexo en la vejez). Se trata de una idea que la empresa Relate, que se autodefine como “el mayor proveedor de apoyo a las relaciones del Reino Unido”, diseñó junto al fotógrafo Rankin y lanzó a finales de abril. “Quisimos destacar la importancia del sexo y la intimidad en la vejez, donde cabe todo, desde el amor a largo plazo hasta nuevas aventuras, desde una tierna intimidad hasta experiencias atrevidas”, aseguraron desde Relate. “No solo cuerpos jóvenes y perfectos tienen derecho a tener relaciones sexuales y a contarlas”, agregaron.

De a poco, parece quedar atrás aquella idea de que a partir de los 50 años las personas pierden el interés en el sexo y las que no cumplen esta regla son mal vistos. Cada vez son más quienes se rebelan contra este patrón.

“Las transmisiones culturales nos atraviesan. Entonces, si hemos sido criados con la idea de que en la vejez se termina la sexualidad y el erotismo es muy difícil desembarazarse de estos mandatos. Hablar acerca de esto es hacerlo consciente y nos permite empezar a visibilizarlo. Cuando logramos hacer esto podríamos decir que es el principio de la solución, tanto para quien quiere tener una sexualidad activa como antes como para quien no lo desea. Hacer consciente algo abre la posibilidad de elegir”, señala Diela Gallardo, psicóloga miembra de La Revolución de la Viejas y coordinadora del espacio de ESI-Sexualidad y Revolución en Facebook.

«Si hemos sido criados con la idea de que en la vejez se termina la sexualidad y el erotismo es muy difícil desembarazarse de estos mandatos. Hablar acerca de esto es hacerlo consciente y nos permite empezar a visibilizarlo», señala la psicóloga y sexóloga Diela Gallardo. 

Suponiendo que se llegue a la madurez con una buena salud, entonces la actitud vital y psicológica son claves para poder disfrutar del sexo. Además de tener pareja o la posibilidad de que se produzcan encuentros sexuales. “Lo habitual es ver y decir que al hombre le agarra el viejazo y la mujer, que habitualmente está transitando por su menopausia, le empiezan a pasar cosas nuevas tanto en su cuerpo como en sus emociones; muchas veces además coincide con la ida de los hijos de la casa que hace que la pareja se encuentre por primera vez después de muchos años frente a frente porque los años anteriores han estado atravesados por preocupaciones vinculadas a los hijos y su crianza. Muchas parejas no logran pasar la prueba y es la razón por la que observamos tantas separaciones en esa edad”, observa Diela, quien también es sexóloga.

Mucha gente entra en la etapa madura con un sentimiento de derrota, de que la juventud o lo bueno de la vida ya se ha acabado. Pero si se afronta este cambio como el inicio de una nueva fase y no como el fin de otra, las cosas pueden ir mejor.

“En general, pretender tener el mismo tipo de sexualidad de los 30 o 40 sería ilógico. La información acerca de las particularidades de una sexualidad a los 60 o 70 hace que haya menos frustración. Por ejemplo, saber que los tiempos son otros, que la mujer necesitará seguramente más tiempo que el hombre, en caso de ser una pareja hetero requerirá alguna medicación para sostener la erección y que hay enfermedades o medicaciones que pueden influir sobre la sexualidad (en el deseo, en la lubricación vaginal o en la erección)”, detalla la experta. Y agrega: “Uno puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Si decidimos verlo como medio lleno, en esta etapa de la vida desaparece el temor a un embarazo no deseado, hay un mayor conocimiento acerca de nuestros gustos, necesidades y deseos, tenemos más tiempo para dedicarnos a un encuentro sexual. Sería ideal darnos cuenta que el tiempo es finito y optemos por no dejar pasar experiencias que nos puedan traer placer”

De eso sí se habla

Si se masturban y cómo, qué les dicen a sus parejas mientras tienen relaciones sexuales, cómo atravesaron o atraviesan la menopausia, preferencias sobre el sexo oral y orgasmos fingidos. El grupo sobre Sexualidad y Vejez que la comunidad de La Revolución de las Viejas tiene en Facebook se convirtió en un canal eficaz para compartir experiencias. Varias mujeres que pasaron la barrera de los 50 se abren de una manera sincera y espontánea y proponen derribar represiones, culpas, tabúes y antiguas creencias.

“Hay que desmitificar ese tabú de lo prohibido, lo pecaminoso, porque es todo lo contrario”, deja en los comentarios una mujer cuyas iniciales son BM. También LU agradece que se le de voz a un tema recurrentemente ignorado: “Cuesta mucho hablar de nuestra sexualidad, es bastante tabú. He notado con mis amigas que a veces hay que romper con esa barrera de silencio, y entonces aparece el tema, sobre todo las preocupaciones sobre nuestra etapa de la vida luego de la menopausia, las dificultades con las que nos encontramos y las maneras de sortearlas y las distintas formas de sexualidad. No hay un acompañamiento adecuado de parte de muchxs de nuestrxs ginecólogxs tampoco”.

Varias atestiguan un renacer erótico pasados los 50. Y que, si bien tuvieron que atravesar diferentes procesos, reivindican el goce de a dos, sea cual sea la edad de las personas. Como es el caso de AMC: “Yo sentía inhibiciones por problemas físicos y todo es cuestión de buscar distintas formas de tener sexo, solo que encontré, en principio, incomprensión. Pero pude descubrir cosas muy locas para satisfacernos en pareja”.

A la menopausia se la asocia con varios estereotipos negativos, como pérdida hormonal, reducción del deseo, sofocos, actitud irritable. Pero este panorama no es el que se encuentran muchas mujeres que llegan a esta etapa. Así lo confirma PB: “Tuve nula vida sexual durante 26 años. Hace tres me divorcié y pasado un tiempo mis hijas me hicieron un perfil en una página de citas. Salí varias veces para tomar algo, pero después me retraía y reculaba frente a la primera insinuación sexual. Hace poco más de un año, conocí a alguien 7 años mas chico que yo y bueno no sé si fue piel, un beso o qué, pero hubo un vuelco a reconocerme como deseante y deseada. La cuarentena nos separó físicamente, pero habilitó el espacio de la virtualidad y así del autoerotismo. Fue un antes y un después. Creo que al deseo hay que ayudarlo para que fluya, y en mi caso funcionó”.

Lo que parecen confirmar las viejas que participan en Facebook es que hay tantas menopausias como mujeres hay en el mundo y ninguna es igual. Sexualmente, algunas ven cómo su deseo disminuye; mientras otras experimentan todo lo contrario. Se sienten liberadas (ya no existe el miedo al embarazo) y quieren experimentar cosas nuevas.

Por eso, son tan enriquecedores los testimonios de otras compañeras que estén pasando por el mismo proceso. Existe la necesidad de hablar y expresar esta fase de sus vidas. Para ellas es algo por lo que poca gente les preguntó o se interesó antes.

“Manifesté una cierta libertad psíquica y corporal como nunca antes”, confiesa SM. “Yo estoy re menopáusica y me pegó muy bien. Amo mi edad y mi situación. Y aún lubrico muy bien. Es una hermosa etapa”, asegura MB. “Calores, cambios corporales, lo que antes controlaba con precisión, hoy me pone en un lugar vulnerable que me paraliza ante la inseguridad. Me agarró en un momento sensible, recién separada. El deseo sigue intacto, porque lo he vivenciado, pero los cambios están presentes”, se despacha BM. “¿Sexo en la menopausia? Lo resumo: cero”, sentencia NC.

 

 

Buscar nuevos caminos

Es cierto que cada vez hay menos prejuicios alrededor de la sexualidad de los viejos y las viejas, pero ciertos problemas fisiológicos que surgen en la madurez persisten. Falta de deseo, dificultad con la lubricación vaginal e incapacidad de experimentar el orgasmo son algunos de los problemas más habituales en las mujeres. Para los hombres las preocupaciones se centran en las dificultades para tener y mantener la erección.

“Creo que la pareja madura debe consultar tanto médicamente como psicológicamente y muchas veces hay múltiples variantes que tienen que ver con recomponer la pareja, volver a encontrarse, con poder probar alternativas distintas y, en la medida en que una pareja es más abierta, seguramente van a aparecer otras opciones de jugar en conjunto sin que esto se convierta en un engaño hacia el otro”, asegura Ricardo Iacub, Doctor en psicología y profesor titular de Psicología de la 3ª Edad y Vejez (UBA),

Además de los síntomas fisiológicos que experimenta el cuerpo cuando traspasa los 50, y que cada cual siente antes o después, con mayor o menor intensidad; existe otra batalla que es la de encajar en los estereotipos, clichés y amenazas que la sociedad todavía guarda para este momento de la vida.

“Creo que lo que muchas veces no termina de decirse es que uno de los grandes prejuicios que tenemos en relación con la sexualidad de los mayores es el prejuicio estético. Hay una serie de estereotipos muy fuertes que regulan nuestro acceso al deseo. En la Grecia clásica los jóvenes eran dotados para el eros y los viejos los que estaban por fuera de esto. En los últimos tiempos hemos ido extendiendo algo estas edades, pero muchas veces con el costo de transformarnos físicamente en cuerpos que parezcan más juveniles”, puntualiza Iacub, autor de varios libros sobre el tema, como Erótica y vejez: perspectivas de Occidente (Paidós).

 

“Para el ser humano, la sexualidad se transforma en algo mucho más complejo que es lo que llamamos erotismo y por eso es que somos aficionados a películas que hablan del amor, del deseo, del sexo. Por eso, nos gusta estar en situaciones románticas y todo eso no se pierde nunca. Lo que podemos decir es que se da una ampliación de goces eróticos”, asegura Ricardo Iacub, Doctor en psicología y profesor titular de Psicología de la 3ª Edad y Vejez en la UBA.

 

Más allá de los estereotipos en torno a los cuerpos normativos, el deseo, a lo largo de toda la vida, depende de las circunstancias personales, de tener o no pareja, del tipo de relación, del estado de salud, del bienestar psicológico y emocional. La edad no debe ser un condicionante para la sexualidad. Entonces, ¿qué hacer ante la falta de ganas de tener intimidad? El psicoterapeuta acerca algunas sugerencias: “En principio, que la pareja no se piense como amigos. Aunque lleven 60 o 70 años juntos no son amigos, ni papi, mami, abuelo. No se llamen por esos nombres que los alojan en un ámbito familiar que no les corresponde. Otro de los principales problemas que atraviesan los viejos y las viejas es que a veces no tienen pareja. En esos casos, entender que la masturbación es tan saludable física y mentalmente como la actividad sexual. Y si uno tiene la suerte de tener pareja, poder animarse a probar, jugar, no hace falta llegar al coito ni a una eyaculación. Hay mil maneras de encontrarse sexualmente y poder gozar. También a veces se puede disfrutar de una película, de lo que cada uno considere que puede serle útil. El otro tema son las habitaciones. A veces uno ve esos dormitorios de gente grande que están llenos de fotos de los nietos, los santos, la virgen y remedios por todos lados, y lo primero que se piensa es que ahí es imposible erotizarse. Así que, aconsejo también ponerle un poco de onda a la habitación”.

La sexualidad está presente, de muy diversas formas, desde que venimos hasta que nos vamos de este mundo. Cada etapa se vive de manera diversa. Y en lugar de lamentarse por los cambios fisiológicos que vienen con la edad, muchos reivindican la era de la madurez.

The Huffington Post publicó una nota titulada “12 razones por las que el sexo es mejor después de los 50”. Los ejemplos que dan es que el camino se vuelve igual o más importante que llegar al final, que pasado el medio siglo se tiene mayor seguridad personal y menos complejos y que ya no se tienen unas expectativas idealizadas respecto al encuentro sexual. Según los testimonios de la nota, si bien los genitales cobran demasiado protagonismo en la sexualidad joven o adulta, en la madurez brilla más la sexualidad consciente y se aprende a disfrutar con las pequeñas cosas.

“Para el ser humano, la sexualidad se transforma en algo mucho más complejo que es lo que llamamos erotismo y por eso es que somos aficionados a películas que hablan del amor, del deseo, del sexo. Por eso, nos gusta estar en situaciones románticas y todo eso no se pierde nunca. Lo que podemos decir es que se da una ampliación de goces eróticos”, concluye Iacub.

El sexo, en todas sus formas, puede ser tan importante para los viejos y las viejas como para cualquier otra persona. La pasión y las ganas de vivir con plenitud cada momento es una cuestión que no entiende de edades, sino que depende de la actitud.