En el mundo hay ya más de mil millones de personas que tienen 60 años o más. Las sociedades envejecen cada vez más rápido, pero eso no implica que se mire a las personas mayores de forma positiva. Las Naciones Unidas declararon a 2021-2030 la Década del Envejecimiento Saludable con el fin de colaborar en la creación de una sociedad para todas las edades. ¿Se vislumbra el fin del viejismo?

“La vejez no es un buen lugar para los débiles”. Ya sabía Bette Davis cuando dijo esa frase, que esa etapa de la vida no era nada fácil. Pasar la barrera de los 60 implica sumergirse en una realidad llena de innecesarios menosprecios sociales.

Prejuicios, conceptos erróneos generalizados y ninguneo son algunos de los obstáculos que tienen que atravesar los viejos y las viejas. Aunque todavía tienen mucho para aportar, con frecuencia se las considera personas dependientes, frágiles, aisladas o una carga. Estas actitudes de discriminación por edad (conocida como viejismo o edadismo) limitan la libertad de las personas mayores para vivir las vidas que eligen.

“La discriminación por edad tiene muchas consecuencias porque hace que la gente piense que no puede y se autolimite. ‘A esta edad no puedo hacer esto o lo otro’, ‘voy a parecer una vieja ridícula’, ‘jamás me van a dar ese trabajo’. Simbólicamente, los 50 es el momento en el que la sociedad comienza a decir que empezás a perder relevancia”, comenta Flora Proverbio, quien cuando tenía 40 y pico fue expulsada del mundo corporativo y ese sacudón hizo que se convirtiera en activista contra el viejismo.

“La discriminación por edad tiene muchas consecuencias porque hace que la gente piense que no puede y se autolimite», explica Flora Proverbio.

“La versión vergonzante de los cuerpos, las caras y la sexualidad de las personas mayores es un mandato o un storytelling muy pesado que hay que reescribir”, asegura la experta. En respuesta a esta discriminación, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2021-2030 la Década del Envejecimiento Saludable. Es una estrategia que tiene como objetivo apoyar las acciones destinadas a construir una sociedad para todas las edades.

“Ahora que logramos vivir más tiempo, el gran desafío es que esos años sean buenos y lo más disfrutables posibles. Tenemos que ver cómo rediseñamos todo para que resulte un lugar mejor para los viejos y viejas quienes, en un abrir y cerrar de ojos, somos nosotros”, observa Flora, Co-Fundadora de Ethnos Strategy, una consultora que trabaja en el segmento 50+ generando experiencias, marcas, contenidos y políticas para un mundo atravesado por la explosión de la longevidad

La vejez es cada día más amplia. En Latinoamérica se estima que en 2050, el 27,5% de la población tendrá más de 60 años, uno de cada cuatro habitantes. Y en 40 años más, el 36% habrá pasado las seis décadas, según los cálculos de Naciones Unidas.

“Hay una transición demográfica que va a impactar en absolutamente todos los aspectos de las sociedades. No hay que verlo como un problema, pero sí gestionar este cambio para que pueda ser una oportunidad para las personas que envejecen, para sus familias y para toda la sociedad. De alguna manera, la crisis del Covid prendió la luz y nos hizo ver la mala distribución de oportunidades que existe y la urgencia de este tema –asegura Proverbio, quien también lidera una comunidad de nombre “Plateadas”–. Impacta negativamente en la salud física y emocional de las personas cuando una persona no puede sentirse relevante, vigente, le es negado el derecho a intercambiar con otros. Se deprime, está más triste, se enferma. También la discriminación por edad te quita el acceso a un ingreso, baja tu posibilidad de acceder a salud, a seguir aprendiendo, a sentirte más linda. El problema es que está tan instalado que no nos damos cuenta”.