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En 1969, el médico gerontólogo y psiquiatra estadounidense Robert N. Butler acuñó el término «viejismo», para referirse a la discriminación de las personas mayores, basada en prejuicios y estereotipos respecto a la edad. Es la discriminación contra las personas mayores de 60 años, que en Argentina representan un 16% de la población, a las que se considera «viejas» a pesar de que solo el 30% de ellas tienen alguna restricción por su salud. Al respecto opinó el psicogerontólogo Ricardo Iacub, subgerente de Desarrollo y Cuidado Psicosocial del PAMI.

TÉLAM.-Empecemos por diferenciar «edadismo» de «viejismo». El «edadismo» tiene que ver con todos aquellos prejuicios en relación a la edad. La palabra ‘ageism’ parecería ser «edadismo», pero en inglés el ‘age’ hace una referencia más directa a la vejez, es por eso que Leopoldo Salvarezza lo tradujo como «viejismo» y es el término que se utiliza cuando nos referimos a la discriminación hacia la vejez.

Este tipo de discriminación, de abuso e incluso de violencia hacia las personas mayores, que aparece tipificada en 1969, es poco reconocida socialmente, a diferencia de otras minorías que supieron reivindicar sus derechos y que en alguna medida las críticas, las burlas, las distintas formas de violencia cultural, estructural o directas que se profieren hacía ellos están siendo limitadas.

Con respecto a la vejez, todavía hay una especie de aceptación de que viejos son los otros, que es una enfermedad que se puede tener en algún momento y que te vuelve viejo, cuando en realidad es un período de la vida con situaciones positivas y negativas como otras y que cuando hablamos de envejecer no estamos hablando de nada negativo sino simplemente de un período que puede ser vivido de muy diversas maneras.

¿Qué significa viejismo? Es todo lo que pensamos, entendemos y sentimos cuando nos encontramos con alguien al que le atribuimos una edad. Hay un viejismo explícito a partir del cual hay gente que considera que envejecer puede ser negativo, son una serie de conocimientos atravesados por formas prejuiciosas que generan que la mirada que tengamos concientemente acerca de los viejos es más negativa de lo que verdaderamente sucede, ejemplo de esto es suponer que ya no existe sexualidad cuando no es cierto.

Por otro lado, tenemos el viejismo implícito que es más difícil de reconocer porque son prejuicios de tipo inconscientes. Si yo muestro una imagen de una persona mayor en una actitud sexual, posiblemente se nos aparezca la idea de viejo verde y tengamos una reacción negativa ante esta situación.

Curiosamente, a partir de la pandemia, esta temática se volvió trascendente porque los mayores se convirtieron, desgraciadamente, en un trending topic porque se habló más que nunca por haber estado más afectados y ser más frágiles ante esta patología.

Hemos visto situaciones de discriminación y seguimos viendo gente que pone en duda por qué deberíamos privilegiar a los mayores frente a personas más jóvenes en el uso de los respiradores. Esta situación generó que la temática del edadismo o viejismo se considere de una manera mucho más oportuna e importante y que de alguna manera reflexionemos sobre las acciones que venimos cometiendo desde hace mucho tiempo.

Hay un reflejo que vemos en lo cotidiano al decir «qué joven estás» como si fuera un halago, expresiones que nos muestran el desprecio que hay a todo lo que refiere a la vejez, al deterioro y no al desarrollo que uno pueda alcanzar, a la desconsideración, al envejecimiento laboral, al envejecimiento político, por la creencia de que los viejos van a a ser conservadores, de lo cual no hay evidencia de que esto sea así.

A diferencia de otras minorías, la burla contra una persona mayor se toma con naturalidad, lo que muestra que aún no tenemos defensas como sociedad frente a estos abusos y malos tratos. Es un debate que nos debemos como sociedad, especialmente los medios de comunicación donde se le sigue agregando el mote de «abuelo» cuando algunos no lo son y eso quita identidades. Por eso algo positivo que trajo esta pandemia es que podamos visibilizar la discriminación hacia la vejez.

PAMI ha tenido una actuación interesante en los últimos tiempos haciendo videos con personas mayores famosas que pueden hacer una especie de «me too» (yo también): «yo también soy grande y me quejo ante lo que pasa».

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